En lugar de envidiar a quienes estan pescando.
Mas que desear debemos actuar, movernos, intentar una y otra vez, hasta que consigamos lo que queremos! Os dejo un pequeño cuento con moraleja:
Cuentan que, cierta vez, un muchacho joven miraba con aire triste, a los pescadores de caña que regresaban del río cargados de peces. Envidioso exclamó:
– Yo sería feliz si pudiera tener tantos peces como ellos.
Uno de los que estaba pescando, oyó al muchacho y le dijo:
– Yo puedo darte un consejo para lograr ser feliz, con muchos peces, si me haces
un favor.
– Con mucho gusto, que tengo que hacer?
– Tan solo mantener la caña dentro del río, mientras yo voy a hacer un recado.
Cortésmente aceptó el encargo y después de un rato vio que los peces empezaban a picar. Volvió un tiempo después el pescador y le dijo:
– Estos peces son tuyos. Los has pescado tú, pero lo mas valioso es lo que has
aprendido, no es cierto?
El muchacho asintió.
– Efectivamente. He aprendido bien su lección. Cuando veamos que los demás consiguen aquello que nosotros necesitamos, no hemos de malgastar nuestro tiempo deseándolo. Hemos de lanzar el anzuelo al agua y pescar nosotros mismos.